Incongruencia de los candidatos electos de izquierda.

Publicado en por ente.over-blog.com

No había tenido tiempo de leer a Federico Arreola en el portal SDPNoticias donde publica su columna. En la columna de hoy titulada “Cuando el primer diputado electo de izquierda renuncie a su cargo…” se luce porque tiene toda la razón. Muchos de los candidatos electos a diputados, senadores, asambleístas, gobernadores, etc, han fijado su postura de decir que hubo irregularidades en la elección presidencial, como si está elección fuera independiente a la elección donde ellos obtuvieron su cargo.
Federico Arreola no solo tiene razón en criticar a estos “próceres de la izquierda”, como él les llama, sino además tiene la razón en decir que solo apoyan a Andrés Manuel López Obrador de dientes para afuera.
Cuando leí la columna del Sr Arreola me recordó a algo que ya había publicado hace más de dos semanas en mi blog personal donde proponía algo similar, basado en la idea de crisis constitucional propuesta por el maestro Adolfo Gilly, misma que le envié a AMLO y algunos candidatos de izquierda. (Para los interesados está es mi columna del 15 de julio del 2012 http://regeneracionsigloxxi.wordpress.com/2012/07/15/crisis-constitucional/ donde traía al recuerdo de todos las sabias palabras de Adolfo Gilly)
Andrés Manuel López Obrador hace bien en pedir la limpieza y la invalidez de la elección, no solo está en su derecho, sino que es indispensable por el bien de la insipiente democracia mexicana que una elección se limpie para garantizar que el próximo presidente llegue con la legitimidad que merece este cargo tan importante.
Sin embargo la lucha de Andrés Manuel López Obrador parece incoherente al no exigir que al menos se invaliden las elecciones de diputados y senadores. Si la votación presidencial ha sido comprada, manipulada y existe evidencia de compra y coacción del voto, las de todas las otras elecciones concomitantes (tres papeletas en total) también lo son. No exigir la invalidez de estas elecciones no se me hace congruente por parte de la izquierda.
Los candidatos electos a diputados y senadores se verían muy bien si renunciaran a su cargo, no solo demostrarían ser congruentes con la lucha en defensa de la democracia y su lucha en contra de la imposición, sino que además respaldarían la decisión de López Obrador de exigir la invalidez de la elección presidencial.
Todos los candidatos electos tienen el recurso y el derecho legal de no tomar posesión de sus cargos hasta que se garantice la certidumbre, legalidad  y legitimidad de la elección. Si esto no se garantiza no deberían tomar posesión del cargo que le fue concedido por medio del voto del pueblo, y a ver cómo le hacen para gobernar si quienes fueron elegidos por el voto no aceptan el cargo debido a las irregularidades en la elección.  A este recurso extremo, legal, inatacable y no violento, Adolfo Gilly le llamó crisis constitucional.
Incluso los gobernadores, incluido Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno electo para la Ciudad de México, tendrían que haber declarado en suspenso la aceptación de su constancia de mayoría hasta que se esclarezca la elección presidencial.
Si el pueblo que está en las calles luchando por la democracia sintiera el respaldo de todos los candidatos de la izquierda electos, el movimiento ciudadano sería más fuerte, el pueblo tiene que tener la certidumbre de que la izquierda realmente lucha por la democracia y no solo por un “capricho” como llaman algunos.
¿Estarán dispuestos los electos del PRD, PT y Movimiento Ciudadano a ponerse a la cabeza de la protesta popular y, como prenda, poner sus constancias de mayoría sobre la mesa? ¿Estarán dispuestos los electos del 2021, con el respaldo de la indignación y también la amargura popular, a jugársela en serio?
Como dice Federico Arreola, no veo a ningún candidato electo de izquierda que quiera emprender una lucha de tal magnitud. Su apoyo a López Obrador es de dientes para afuera. Al igual que hace 6 años, la lucha es de López Obrador y un sector de la ciudadanía. Y como bien dice Arreola, si los candidatos electos de las izquierdas tuvieran dignidad y congruencia, no aceptarían la constancia de mayoría.
Cómo dice el maestro Adolfo Gilly: “Lo que haya de verse, se verá. Pero si no se ve, como en la campaña no se vio, después no digan que el pueblo no responde.”
El pueblo hasta el momento como en 2006 ha respondido, sin embargo la izquierda mexicana no ha respondido de la manera esperada salvo algunas excepciones. Parece que la lucha por una democracia auténtica solo es tarea de Andrés Manuel López Obrador y de un sector de la ciudadanía.

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